Las correciones paternas

Hace unos días arrestó la Guardia Civil a los padres de una chica de 16 años por haberla castigado a no salir de casa un fin de semana. El cuerpo armado actuó cumpliendo alguna norma promulgada por la Administración de Andalucía y la propia Junta de esta región aprobó el hecho.

No habiéndose tratado de un castigo brutal ni humillante, sino de una corrección paterna usual, se pregunta uno qué es lo que persiguen la ley y la Junta de Andalucía para justificar tales cosas.

Lo que persiguen las correcciones paternas es algo bien conocido: la libertad del joven por medio del control de los impulsos. Al joven le resulta arduo y difícil encauzarlos y como el ser hombre libre y con capacidad de decidir por sí mismo pasa por el dominio de la propia animalidad, la cual impone la satisfacción inmediata de los deseos sin contar con el riesgo que ello acarrea para su portador, los padres tienen el deber de hacerlo en su lugar para que se vaya acostumbrando a interponer una barrera diacrítica entre su deseo y su acción. La disciplina de hoy es libertad mañana.

Un animal no es capaz de tomar distancia entre el impulso y la acción. El perro huele el alimento o la hembra y su sistema instintivo actúa como un resorte sin seguro que se dispara en cuanto es accionado. Un animal no actúa, es actuado.

Un hombre tiene que aprender desde que nace a retrasar, reprimir, encauzar, controlar, dirigir, etc., sus estados interiores. En eso ha consistido en gran parte la evolución de la especie, razón por la que se ha concluido que cuanto más grande sea la distancia entre los deseos y las acciones, cuanto mayor sera la interiorización de los impulsos, más avanzada será la separación del animal del que procedemos, el pitecántropo o el chimpancé, y más desarrollada en consecuencia tendrá que ser la hominización.

La ley y la Junta de Andalucía, imbuidas tal vez por la ideología animalista que aflige hoy a tantas mentes incautas e indolentes, han debido creer que el mejor modelo de conducta para los jóvenes es algo cercano al pitecántropo y el chimpancé.

Archivo sonoro: 07-03-12)

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Acerca de Emiliano Fernández Rueda

Doctor en Filosofía por la Universidad complutense de Madrid. Profesor de filosofía en varios centros de Bachillerato y Universidad. Autor de libros de la misma materia y numerosos artículos.
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