Las racionalizaciones políticas

Las racionalizaciones políticas han seguido escasas veces el canon de la holización. Nunca o casi nunca han pretendido llegar al individuo, pese a las notables incursiones del estoicismo y el cristianismo. Ambos movimientos se dirigen a los hombres en cuanto hombres. Como Antonino, soy romano, como hombre soy cosmopolita, venía a decir Marco Aurelio. Y San Pablo afirmaba que ya no hay griego, ni judío, ni gentil, decía San Pablo. En las ideas del emperador y del apóstol solo hay hombres. Pero, si bien han logrado ser la fuente de inspiración de varias doctrinas políticas, no pueden ser tenidas aquí en cuenta por no constituir el fundamento constituyente de ninguna comunidad política.

Es a finales del siglo XVIII cuando se pone en marcha la primera racionalización política según el modelo atómico, que ha expuesto Louis Dumont en Homo Æqualis I: genèse et épanouissement de l’idéologie économique, Paris, Gallimard/BSH, 1978. Hasta ese momento se había seguido siempre el modelo anatómico de partes diferenciadas y desiguales, expuesto por el mismo autor a propósito del sistema tradicional de castas de la India en Homo hierarchicus. Essai sur le système des castes, Paris, Gallimard, 1971. Aunque en la actualidad nos hallamos todos en un proceso de división atómica, se sigue conservando la nomenclatura anterior. Se dice, por ejemplo que el ejército es la columna vertebral del Estado, que la familia es la célula de la sociedad, etc.

Los revolucionarios de 1789 exigían la trituración de las partes orgánicas, o anatómicas, del “organismo político”, es decir, la disolución de la nobleza, el clero y el pueblo en un solo conjunto. Esas eran las partes del Antiguo Régimen. Se trata de un proceso que continúa vivo en la actualidad, si bien sigue colisionando con las supervivencias del anterior. Cuando, por ejemplo, se pretende instituir un salario para las amas de casa, no se tiene a éstas como madres de familia, sino como individuos sueltos, igual que cuando se condena a una madre por haber dado una bofetada a su hijo. No juzgamos aquí sobre la conveniencia de tales conductas. Solo pretendemos mostrar cómo trituración analítica no se detiene hasta llegar a los individuos, lo que se prueba en el hecho de que las familias extensas del periodo anterior han quedado reducidas a familias nucleares en la actualidad y aun éstas en ocasiones constan de un solo progenitor.

La Revolución no se entregó solo a la disolución de los lazos que ligaban al Trono y al Altar, sino también a la de los diversos órdenes del clero, las propiedades, las aristocracias, las jerarquías funcionariales, las organizaciones de hospitales, escuelas, prisiones, etc. Todas las cuales son morfologías anatómicas que no se resignarán fácilmente a su desaparición, por lo que opondrán resistencia. En torno a esas resistencias se irán configurando en cada momento las izquierdas y las derechas.

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Acerca de Emiliano Fernández Rueda

Doctor en Filosofía por la Universidad complutense de Madrid. Profesor de filosofía en varios centros de Bachillerato y Universidad. Autor de libros de la misma materia y numerosos artículos.
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