-
Archivo
- agosto 2025
- julio 2025
- junio 2025
- mayo 2025
- abril 2025
- marzo 2025
- febrero 2025
- noviembre 2024
- agosto 2024
- junio 2024
- mayo 2024
- abril 2024
- febrero 2024
- agosto 2023
- julio 2023
- junio 2023
- mayo 2023
- abril 2023
- marzo 2023
- febrero 2023
- enero 2023
- diciembre 2022
- noviembre 2022
- octubre 2022
- septiembre 2022
- agosto 2022
- julio 2022
- junio 2022
- mayo 2022
- abril 2022
- marzo 2022
- febrero 2022
- enero 2022
- diciembre 2021
- noviembre 2021
- octubre 2021
- septiembre 2021
- agosto 2021
- julio 2021
- junio 2021
- mayo 2021
- abril 2021
- marzo 2021
- enero 2021
- diciembre 2020
- noviembre 2020
- octubre 2020
- septiembre 2020
- julio 2019
- junio 2019
- mayo 2019
- marzo 2019
- febrero 2019
- diciembre 2018
- noviembre 2018
- octubre 2017
- septiembre 2017
- agosto 2017
- mayo 2017
- abril 2017
- marzo 2017
- febrero 2017
- febrero 2016
- diciembre 2015
- noviembre 2015
- septiembre 2015
- junio 2015
- enero 2015
- diciembre 2014
- noviembre 2014
- septiembre 2014
- agosto 2014
- julio 2014
- junio 2014
- mayo 2014
- abril 2014
- marzo 2014
- diciembre 2013
- julio 2013
- junio 2013
- mayo 2013
- marzo 2013
- enero 2013
- diciembre 2012
- noviembre 2012
- octubre 2012
- septiembre 2012
- agosto 2012
- julio 2012
- junio 2012
- mayo 2012
- abril 2012
- marzo 2012
- febrero 2012
- enero 2012
- diciembre 2011
- noviembre 2011
- octubre 2011
- septiembre 2011
- agosto 2011
- julio 2011
-
Meta
Archivo mensual: junio 2012
Newton y la bolsa
Newton se sabía capaz, según él mismo dijo, de calcular los movimientos de los astros en el cielo, pero no la locura de la gente en la tierra. Confiado en que las trayectorias de la insania tienen alguna regularidad, el año 1720 vendió sus acciones en la Compañía de los Mares del Sur y ganó 7.000 libras, el 100% de lo que había invertido, pero, yendo en pos de su buena estrella, volvió a tentar su suerte en un momento posterior de máxima efervescencia de la bolsa, lo que le llevó a perder unas 20.000, que equivalen a más de tres millones de dólares actuales. Después de aquel descalabro prohibió que se nombrara en su presencia la Compañía de los Mares del Sur.
El coeficiente intelectual de Sir Isaac Newton ha debido ser uno de los más elevados de la especie. Sin embargo, al dejarse contagiar del entusiasmo bursátil de la gente se portó como un estúpido. Entre la sabiduría y la necedad hay un corto paso que muy pocos son capaces de no dar.
Sigue leyendo
Publicado en Economía, Filosofía práctica
Comentarios desactivados en Newton y la bolsa
Salvemos el euro
Los bancos centrales, tanto en Europa como en Estados Unidos, se dedican en gran parte a permitir y fomentar la expansión ilimitada del crédito sin respaldo en el ahorro real, lo cual, alentado por grupos de interés, como los partidos políticos, los sindicatos y las entidades financieras dedicadas a la especulación, tiene que conducir de forma recurrente a que la institución financiera en su conjunto se halle al borde del colapso, a que quiebren muchos bancos y cajas de ahorro y a que se desplome la producción económica. Ésta es la dolorosa lección que estamos aprendiendo en estas fechas. Un sistema financiero así es fuente constante de inestabilidad económica.
Es, por otra parte, un grave atentado contra el derecho de propiedad el hecho de que los bancos no estén obligados por la ley a mantener el cien por cien del coeficiente de caja, lo cual entra en el terreno de la ética. Esto se evitaría volviendo al patrón oro, pues entonces habría una base monetaria que los poderes públicos no podrían manipular y sometería a una disciplina estricta a muchos agentes sociales y sus tendencias inflacionistas. También disciplinaría a los ciudadanos particulares, que no encontrarían el medio de endeudarse y dejar pender su futuro y el de sus hijos del hilo del crédito fácil.
Sigue leyendo
Publicado en Economía, Filosofía práctica
Comentarios desactivados en Salvemos el euro
La voluntad popular
El sentido de los movimientos revolucionarios que eclosionan en Francia el año 1792 y en Rusia el 1917 es el mismo: destrucción de los diques que impiden la expansión sin freno del poder. La lucha contra las fuerzas centrífugas venía de lejos y algunos habían intuido vagamente la marcha auténtica de la historia. En Francia es Felipe el Hermoso el primero en convocar al pueblo llano a los estados generales porque se había percatado del impulso profundo de las aspiraciones plebeyas. En Rusia fue Iván IV, llamado el Terrible por sus enemigos, quien se alió con el pueblo contra los boyardos. Varios monarcas se habían apoyado también en España en el pueblo contra los nobles y los territorios.
Luego será el pueblo el que complete la tarea. En Francia sin Luis XVI, en Rusia sin Nicolás II. Lo que no se había atrevido a hacer la realiza, suprimir los privilegios de antaño, lo hace la asamblea revolucionaria en unas pocas sesiones.
Sigue leyendo
Publicado en Filosofía práctica, Política
Comentarios desactivados en La voluntad popular
Materialismo e idealismo
Como decía Fichte, el idealismo ve que la realidad deriva de la conciencia, la Idea o el Espíritu y el materialismo que la conciencia, la Idea o el Espíritu derivan de la materia. Sigue leyendo
Publicado en Filosofía teórica
1 comentario
Metafísica (varios enfoques)
Introducción El nombre “metafísica” fue inventado por Andrónico de Rodas, escoliarca del Liceo entre los años 78 y 47 a. C., que reunió catorce libros de la obra aristotélica bajo el nombre metá tá phisicá (más allá de lo físico), … Sigue leyendo
Comentarios desactivados en Metafísica (varios enfoques)
Ascenso del poder real
El rey antiguo no disponía del poder que la demagogia actual le atribuye con el fin de justificarse a sí misma. Es verdad que su autoridad había crecido, pero con mucha lentitud y penetrando de forma desigual en los diferentes estratos de su reino. Basta leer la biografía de un monarca tan esforzado como fue la reina Isabel de Castilla para comprender las limitaciones de la realeza.
Los impuestos del rey tenían que ser refrendados por las cortes. Su justicia no se aplicaba igual en todas las regiones y provincias de su reino. Venía obligado a guardar respeto en público y en privado a los usos y derechos de los territorios. No tenía más remedio que entenderse con los representantes del clero para los asuntos más importantes. La adjudicación de Brasil a la Corona de Portugal y del resto a la de Castilla hubo de tener lugar por un veredicto papal, que causó profundo disgusto, entre otros, al rey de Francia. Es fama que este rey pidió que se le mostraran las cláusulas del testamento de Adán que daban ese derecho a ambas coronas y privaban del mismo a las del resto de Europa. Con todo, el rey francés acató el dictamen de Tordesillas y las Bulas Alejandrinas.
Sigue leyendo
Publicado en Filosofía práctica, Política
Comentarios desactivados en Ascenso del poder real
Las falacias
Las falacias, llamadas también paralogismos si se deben a ignorancia, falta de luces o dificultad del asunto, y sofismas si nacen de la mala fe o del deseo de engañar, han sido siempre tenidas en poco o abiertamente despreciadas por … Sigue leyendo
Comentarios desactivados en Las falacias