Género y especie

Sic ergo genus significat indeterminate totum id quod est in specie, non enim significat tantum materiam. Similiter etiam et differentia significat totum, et non significat tantum formam; et etiam definitio significat totum, et etiam species. Sed tamen diversimode: quia genus significat totum ut quædam denominatio determinans id quod est materiale in re sine determinatione propriæ formæ. Unde genus sumitur ex materia -quamvis non sit materia-; ut patet quia corpus dicitur ex hoc quod habet talem perfectionem, ut possint in eo designari tres dimensiones, quæ quidem perfectio est materialiter se habens ad ulteriorem perfectionem. Differentia vero e converso est sicut quædam denominatio a forma determinate sumpta, præter hoc quod de primo intellectu eius sit materia determinata, ut patet, cum dicitur animatum, scilicet illud quod habet animam; non enim determinatur quid sit, utrum corpus vel aliquid aliud: unde dicit Avicenna quod genus non intelligitur in differentia sicut pars essentiæ eius, sed solum sicut ens extra essentiam, sicut etiam subiectum est de intellectu passionum. Et ideo etiam genus non prædicatur de differentia per se loquendo, ut dicit Philosophus in tertio Metaphysicæ et in quarto Topicorum, nisi forte sicut subiectum prædicatur de passione. Sed definitio vel species comprehendit utrumque, scilicet determinatam materiam, quam designat nomen generis, et determinatam formam, quam designat nomen differentiæ.

Por tanto el género significa de modo indeterminado todo el contenido de la especie y no solo el de la materia; de modo semejante, la diferencia significa todo el de la especie y no solo el de la forma; también la definición comprende todo el de la especie, aunque de modo distinto; la expresión del todo por parte del género indica, en efecto, la determinación de la materia sin contar con la determinación propia de la forma; por esto es de la materia de donde se toma el género, pese a que éste no es materia. Y así, un cuerpo que es capaz de tener tres dimensiones se comporta como una materia en relación a una perfección más elevada. Lo contrario sucede con la diferencia, que es una determinación generada en la forma por la que se excluye toda materia determinada del primer plan del pensamiento, como es claro al decir “este ser es animado”, pues entonces se designa un sujeto provisto de alma, pero no se indica si es un cuerpo u otra cosa. Por esto dice Avicena que el género no está en la diferencia como una parte de la esencia de éste, sino como un ente externo a la quididad o la esencia; así se encuentra el sujeto de las cualidades en la idea de las mismas; por ello no se predica el género de la diferencia propiamente hablando, según advierte Aristóteles en el libro tercero de la Metafísica y en el cuarto de Topicorum, a no ser como se predica el sujeto de la cualidad. Pero la definición o especie comprende una y otra, es decir, una materia determinada que viene nombrada por el nombre de género y una forma determinada que se nombra con el de diferencia.

[El género, la especie, la diferencia y la definición coinciden en expresar el contenido de la especie y se distinguen por sus significados formales, pues el género indica perfección material, la diferencia perfección formal y la especie ambas, pero sin diferenciar, en tanto que la definición indica lo mismo que la especie, pero diferenciando ambas perfecciones. Así, el animal es la vida sensitiva y hace de materia para la intelectiva, la cual es la forma. Y la especie “hombre” expresa lo mismo que la definición, “animal racional”, pero esta última separa las dos perfecciones y aquella no.]

(Extraído de El ente y la esencia, edición bilingüe, traducción, comentario y notas…, cap. tercero)

Share

Acerca de Emiliano Fernández Rueda

Doctor en Filosofía por la Universidad complutense de Madrid. Profesor de filosofía en varios centros de Bachillerato y Universidad. Autor de libros de la misma materia y numerosos artículos.
Esta entrada fue publicada en Filosofía teórica, Ontología, Metafísica. Guarda el enlace permanente.