Hoy hago una excepción y pongo en esta entrada una fotografía como asunto central. Las que he puesto hasta el momento han servido para ilustrar o adornar lo que decía, pero hoy es diferente.
Los conceptos no se transmiten mediante imágenes, pues las imágenes son particulares y los conceptos generales. ¿O sería posible representar la Crítica de la razón pura de Kant haciendo mimo? Eso de que una imagen vale más que mil palabras es como creer que es posible hacerlo.
Será por la ley de asociación de ideas o por cualquier otro motivo, pero cada vez que hago uso de imágenes en este blog mi memoria trae ante mí la escena de los habitantes de las cavernas del Paleolítico Superior, aquellos sujetos en cuya cabeza no entró un solo concepto durante muchos miles de años y debían pensar que con las escasas figuras pintadas en el fondo de su cueva entraban en el Empíreo. El pensamiento por conceptos requiere mucho más que una serie de iconos que representan escenas de caza.
Pero vayamos a mi foto. Procede de mi móvil, donde entró un día de este verano que hice parada y fonda en Zamora. Estaba tomando un café en una placita de la ciudad y ni me había dado cuenta de la tienda. Al verla leí “Liquidación total” y pensé en que había demasiados centenares de miles de negocios en la misma situación; pero había algo raro. Leí mejor y entonces decidí fotografiar aquel escaparate.
Pensé que aquello era el vivo retrato de la crisis. No es posible que quien hizo el letrero confundiera “liquidación” con “aniquilación”. Lo creíble es que cambió una palabra por otra con toda la mala leche. Liquidación es palabra inexpresiva. Puede referirse a venta de todos los productos por cambio de negocio, traslado de local, etc. Aniquilación es otra cosa. Es destrucción deliberada hasta que no quede nada en pie.
Tal vez sea eso lo que está pasando.