Adoctrinamiento

 Los marxistas alemanes decían, según Mises, que si el socialismo y la naturaleza humana son contrarios, entonces hay que transformar la naturaleza humana. El problema es que si se transforma ésta lo que resulta ya no es un ser humano, sino otra cosa. Un sistema burocrático cuyo referente más o menos deliberado sea el de A brave new world o 1984 consigue hacer que los hombres sean cosas mediante estimulaciones y adoctrinamientos adecuados y, cuando esto no es suficiente, mediante refuerzos negativos atroces. En un mundo así no son humanos ni los adoctrinadores ni los adoctrinados.

Los elementos básicos del sistema son una oligarquía política imbuida de ideología behaviorista, una burocracia funcionarial bien dispuesta y una masa de súbditos sin otros valores que los del alma concupiscible. Si hay acuerdo entre los dos primeros sectores y el tercero se torna objeto inerme de la manipulación de éstos, la política se transforma en economía y tecnología, dejando de ser dirección de la pólis, y la educación, ayudada por la propaganda, deviene determinación y encauzamiento de las conductas.

Oligarquía política, burocracia funcionarial, educación y propaganda son, pues los elementos básicos del sistema. Si la máquina funciona bien, pocos serán los que dispongan de medios intelectuales con que criticarla. Esto último es decisivo. No se trata de que se prohíba que sea puesta en cuestión. Antes al contrario, se propalará en la propaganda que es bueno y conveniente hacerlo. Lo que habrá ocurrido será que nadie sabrá decir algo en su contra una vez que el adoctrinamiento haya absorbido el alma de todos y en ella hayan adquirido un lugar sagrado los fetiches del sistema.

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Acerca de Emiliano Fernández Rueda

Doctor en Filosofía por la Universidad complutense de Madrid. Profesor de filosofía en varios centros de Bachillerato y Universidad. Autor de libros de la misma materia y numerosos artículos.
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