Según un informe de UBS Investment Research, es muy poco probable que se expulse a un país de la zona euro. Aunque dicha zona no debería existir, pues se está viendo que no funciona con los parámetros actuales, ahora no hay más remedio que tomar una de las dos decisiones siguientes: o bien se consigue una mayor integración fiscal de los países miembros de la zona euro, sin expulsar a ninguno, o bien se expulsa a los más peligrosos, lo que llevaría seguramente aparejada la ruptura de la moneda común.
Ahora bien, las consecuencias de la segunda opción de este dilema pueden ser desastrosas. La primera sería que la creación de una nueva divisa o el retorno a la anterior, lo que viene a ser lo mismo, tendría un coste elevadísimo y provocaría ataques en cascada de los mercados contra otras economías débiles que permanecieran en el euro. El país que volviera a su antigua divisa tendría que denominar su deuda en euros, lo que la duplicaría o en su nueva divisa, lo que le conduciría a una quita estatal y corporativa. Es muy probable además que ese país tuviera que bloquear sus bancos para evitar la retirada masiva del dinero depositado en ellos.
El valor de la nueva divisa no sobrepasaría el 60% sobre el euro, lo que llevaría consigo que la Unión Europea tendría que imponer tasas y aranceles al comercio con ese país en ese porcentaje. Esto causaría el derrumbe de sus exportaciones, la destrucción de empresas, el aumento del paro y los desórdenes civiles consecuentes. UBS habla incluso de guerras.
Esto es para el caso de que sea un Estado débil, como Grecia, el que abandone el euro. Si es un Estado fuerte, como Alemania, el que lo hace, su moneda se revalorizaría con respecto al euro y ocasionaría también una gran disminución en sus exportaciones, un grave daño para sus empresas, destrucción de empleo y desórdenes civiles.
UBS Investment Research cuantifica los costes de ambas alternativas para un ciudadano alemán: 9.500-11.500€ por ciudadano de ese país en el primer año y de 3.000€ a 4.000€ los siguientes, para la primera opción, y 6.000-8.000€ el primer año y de 3.500€ a 4.500€ los sucesivos, para la segunda.
Pero existe una tercera opción, que consiste en rescatar a Grecia, Irlanda y Portugal, una opción que, aun contando con que hubiera que cargar con una quiebra total de la deuda de estos países, no pasaría de 1.000 euros por ciudadano alemán en una sola ocasión.