Diferencia entre tiempo y eternidad

La eternidad es totalidad simultánea, pero en el tiempo hay antes y después, luego hay diferencia.

Que el tiempo tenga principio y fin y la eternidad no es una diferencia accidental, pues incluso en el caso de que el tiempo no los hubiera tenido, como sostienen algunos filósofos, aún habría diferencia, porque la eternidad, medida del existir permanente, es totalidad simultánea, cosa que no puede ser el tiempo, medida del movimiento.

Aplicando esa diferencia a lo medido en lugar de a las medidas, encontramos todavía que con el tiempo solo se mide lo que en el tiempo tiene principio y fin y así, aunque las rotaciones de los astros duraran siempre y no pudiera entonces medirse el tiempo por su duración total, sí podría medirse alguna rotación particular, que tendría principio y fin en el tiempo.

Además, si se toman el principio y el fin en cuanto potencia y se considera que el tiempo dura siempre, todavía será posible señalar principio y fin en el tiempo en cuanto se tome alguna de sus partes, como un día o un año. Pero esto no es aplicable a la eternidad.

1. Solo pueden aplicarse simultáneamente dos medidas de duración si una es parte de la otra. Así es como son simultáneos el día y la hora. Pero eternidad y tiempo son simultáneos. Como la eternidad no es parte del tiempo, el tiempo es parte de ella. Luego no son distintos. Esto sería verdad si el tiempo y la eternidad fueran medidas del mismo género, pero no lo son, como se observa en cuanto se analiza lo medido por uno y lo medido por otra.

2. Según Aristóteles, Phis., IV, el ahora del tiempo permanece idéntico mientras dura, lo cual parece propio de la eternidad, identidad indivisible en el transcurrir del tiempo. Luego la eternidad es el ahora del tiempo y en consecuencia no es distinta de él.

3. Como la medida del primer movimiento lo es de todos, según Aristóteles, Phis., IV, la medida del primer ser lo es de todo ser; esa así que la eternidad es medida del primer ser, luego lo es de todo ser; puesto que el ser de lo corruptible se mide por el tiempo, luego éste es la eternidad o algo de ella. Esta forma de argumentar yerra por lo siguiente. Cierto es que la eternidad es medida del ser como el tiempo del movimiento; por ese motivo, cuanto más apartado esté algo de la permanencia del ser, más apartado estará de la eternidad, por lo que el ser de lo corruptible no puede ser medido por la eternidad, sino por el tiempo, que no solo mide el movimiento, sino también lo estable, que no es más que lo que ha nacido para estar en movimiento, pero no se mueve.

(Así lo explica Tomás de Aquino en Summa theologiae, q. 10, a. 4)

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Acerca de Emiliano Fernández Rueda

Doctor en Filosofía por la Universidad complutense de Madrid. Profesor de filosofía en varios centros de Bachillerato y Universidad. Autor de libros de la misma materia y numerosos artículos.
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