Traigo aquí el recuerdo de la Lección Inaugural del Papa Benedicto XVI en Ratisbona y el comentario que hizo de ella Gustavo Bueno, filósofo ateo que reconoce al Papa una admiración no meramente retórica. “Es el Dios de los cristianos quien ha salvado a la razón humana a lo largo de la historia de Occidente”.
Constata que en el aire aún vibran aún las antiguas Ideas de la Razón y Dios, Ideas que no son palabras fijas, sino luces que cambian de color al girar la esfera. La Razón no es bloque ni roca fija, sino corriente. Es un río invisible que atraviesa la historia humana encendiendo imágenes, preguntas, sueños y también pesadillas y alumbrando monstruos. Se perderá quien la busque como sustancia inmóvil y sólo quien la siga como proceso hallará su verdadera acción.
Y luego está Dios, a quien Aristóteles imaginó como un ser solitario, encerrado en sí mismo, como un sol que arde sin mirar nunca a la tierra. Es amado, pero él no ama. Fue el cristianismo el que, quebrando ese cristal, hizo surgir la Trinidad de la soledad, y en ella vio un Lógos que descendió y se hizo carne. El cielo tocó la arcilla y el hombre se descubrió habitado por un resplandor eterno. Sigue leyendo