División de las causas II

Una causa puede ser también simple o compuesta. Puede ser simple tanto si es causa por sí como si lo es por accidente. Cobrar impuestos es algo que puede hacer un funcionario de la hacienda pública o el poeta y ambos hacerlo como causa única, a pesar de que uno es por sí y el otro por accidente. En ambas situaciones se da la causa sin adición de otra cosa, como hizo notar Avicena. La causa será compuesta cuando sea necesario que concurran varias cosas en ella, como los bueyes cuando tiran del arado o de la carreta.

Por último, unas causas están en acto y otras en potencia. Lo primero sucede cuando el poeta ha escrito un soneto o del mármol se ha hecho una estatua, pues el soneto y la estatua están en acto. Lo segundo cuando todavía no existe el efecto, pero puede existir, como en el caso del poeta que no ha acabado aún su soneto o del bloque de mármol del que todavía no se ha extraído la estatua.

En el caso de las causas en acto se dan al mismo tiempo éstas y sus efectos, porque ni el poeta puede estar en acto si no hace el soneto ni tampoco el mármol si la estatua no existe todavía. Esto no es preciso que ocurra cuando la causa es en potencia.

(V. Tomás de Aquino, De principiis naturae, cap. V)

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Acerca de Emiliano Fernández Rueda

Doctor en Filosofía por la Universidad complutense de Madrid. Profesor de filosofía en varios centros de Bachillerato y Universidad. Autor de libros de la misma materia y numerosos artículos.
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