Se hace necesario estudiar teología para saber qué lugar ocupa la religión y no confundirla con otros sectores de la vida, como es el caso del concepto de cultura que a continuación pretendo analizar, siquiera sea de modo escueto y simple. El actual concepto de cultura es un sustituto de la idea de gracia. No es el único que ha adquirido carácter religioso. También están el de progreso, el de utopía y otros.
Soy deudor de Gustavo Bueno en las consideraciones que siguen.
1. La fuerza expansiva del concepto
Algo muy digno debe hallarse en la idea de cultura cuando son tantos los que se inclinan ante ella y le rinden veneración. Tal vez sea que “la cultura hace al hombre”, como dicen muchos. O que, como dicen otros de manera redundante, sin ella seríamos como las bestias del campo, libradas a su mero instinto. ¿Cómo no inclinarse ante lo que nos eleva sobre nosotros mismos al liberarnos de nuestra animalidad? La cultura es lo supremo, la diferencia específica que separa al hombre de la naturaleza. Hay que mostrarle entonces el máximo respeto. El animal cultural, como define Carlos París[1] al homo sapiens, debe su ser a esa totalidad compleja que incluye elementos tan variados como herramientas y máquinas, normas morales, económicas o religiosas, instituciones sociales, realizaciones artísticas, etc. Sigue leyendo