Dice Nietzsche que el amor cristiano es la más fina flor del resentimiento, una flor que habría germinado en suelo judío, en un pueblo siempre vencido y oprimido por sus vecinos y que, no pudiéndose vengar de ellos por causa de su debilidad, proyectó en el cielo un “Jehová vengador”, trocando así su frustración en desquite imaginado. Es un ejemplo de vida descendente heredado por el cristianismo, cuya “fina flor del resentimiento” es una máscara de amor con que disimular el odio real de quien no puede actuar contra una realidad que le supera y domina.
La tesis de Nietzsche es profunda y digna de ser tenida en consideración por haber traído a debate una idea fértil. De ahí que, al estudiarla se comprenda que es falsa, como afirma Max Scheler. Sigue leyendo
