
Simón Bolívar
La izquierda gusta mucho de las gestas contra la opresión. Se ve representada en ellas: arma al hombro, espíritu libertador, afán de gloria. Si no hay gestas, las inventa, y si las hay, mas son criminales, invierte su signo. De todas ellas guarda una memoria que impone a los demás como medida de lo bueno y lo malo.
En la independencia de la América Española ve una empresa de liberación como ha habido pocas. Piensa, por ejemplo, que un tipo como Simón Bolívar, de quien dejó dicho el maestro Marx, que, lejos de ser un Napoleón, era el “canalla más cobarde, brutal y miserable”, fue un auténtico Libertador.
Imagina que hubo guerras gloriosas entre los ejércitos del Rey de España contra los que enarbolaban el estandarte de la libertad. Pero no fue así. Las fuerzas leales al Rey eran tropas milicianas compuestas por indígenas, españoles, mestizos, mulatos y negros. Las de los libertadores, también tropas milicianas, estaban asimismo compuestas por indígenas, españoles, mestizos, mulatos y negros. No fueron luchas de liberación, sino guerras civiles entre bandos cambiantes. De ellas salieron ganando, y mucho, algunos oligarcas de parte de la España Americana y otros de parte de Inglaterra y de sí mismos, y salieron perdiendo los indígenas, españoles, mestizos, etc. Estos fueron los verdaderos oprimidos, en particular después de la “Liberación”. En muchos casos además habían sido masacrados sin piedad. Se supone que para que aprendieran a no resistir. Vaya un ejemplo. Sigue leyendo →