Querido amigo:
Tengo la intención de dejarte unas cuantas cartas aquí, en Minuto Crucial, para poner orden en algunas cosas que hablamos tú y yo cuando estamos juntos.
Empezaré hablando del dinero. Me parece importante hacerlo porque muchos consideran que es algo que hace malo a quien lo posee.
Lo primero es que el dinero no es una mercancía, sino un medio para el intercambio de mercancías. No es el agua que lleva los cangilones de la noria de la economía. Ni siquiera es el eje sobre el que ésta gira. Es más bien la grasa que, aplicada al eje, hace que todo ruede con desenvoltura. Y no importa que haya mucho o poco, porque el precio de las cosas se acomoda siempre a la cantidad de dinero existente. No gana más una persona que el año 2012 ve en su nómina una cifra cinco veces superior a la de 1990 si no puede cambiar ese importe por los mismos productos de entonces. Sigue leyendo