Algunas activistas han lanzado el grito de combate: “Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”. Además, el apelativo bruja se ha oído en dos parlamentos españoles a modo de insulto. En uno se ha mencionado el vuelo sobre escoba. En ningún caso se tiene en cuenta lo que era una bruja ni lo que era la Inquisición Española. Si se conociera el papel que ésta desempeñó, se la tendría en una alta consideración, porque en realidad fue refugio y protección de las abuelas aquellas.
El Santo Oficio, que operaba en la península y los territorios de ultramar, entendía de delitos de herejía y brujería cuando así se decidió, y de otros como la bigamia, el perjurio, la violación, los abusos sobre menores, la falsificación de moneda, el contrabando de armas y caballos, etc. De ahí que muchas sentencias no tuvieran que ver con la herejía ni la brujería. Aparte de esto, muchos reos preferían los tribunales de la Inquisición a los del rey, porque eran menos intransigentes. Sigue leyendo