Hubo una utilización mítica, oscurantista, de la razón por parte de muchos filósofos, demagogos y otros individuos que participaron directamente en la revolución, por lo que no debe buscarse en sus proclamas la relación buscada. Los escritos de Danton, Robespierre, Condorcet, Saint-Just, etc., son más apropiados para confundirse que para entender lo que verdaderamente ocurrió y sigue ocurriendo. Detrás de las palabras y los actos revolucionarios, detrás de la utilización mítica de la Razón, ha estado siempre operando otra razón que se había ido desarrollando en las ciencias físicas y químicas por hombres que incluso participaron en la revolución. Se trata de personajes como Lavoisiere, el mismo Condorcet, Laplace, etc.
Las ideas de los revolucionarios izquierdistas formaban conjuntos significativos que guiaban su acción y hay que atenderlas para comprender lo que se halla tras ellas y es el auténtico fundamento de la relación entre la izquierda y la razón para, una vez comprendidas, no tomarlas como verdadera explicación de la realidad, sino como lo que verdaderamente son: como niebla ideológica que oculta más de lo que muestra. Solo así se hallará la auténtica racionalidad de quienes se presentan como abanderados de la Razón sin saber en qué consiste lo que dicen que son.
Para lo cual es preciso distinguir los planos emic y etic en que se desenvuelven estas ideas. La distinción emic-etic fue puesta en circulación por Kenneth Pike, extrayéndola de la distinción phonemics–phonetics y fue ampliamente utilizada en antropología social por Marvin Harris. Se trata de dos tipos de interpretación sobre un mismo hecho.
La primera, la interpretación emic, es propia del sujeto que está participando en él. En los estudios de campo de la antropología social se trata del punto de vista del nativo sobre su propia sociedad. Comprende, por ejemplo, las explicaciones sobre la brujería, la magia y la religión que los creyentes azande dieron a Evans-Pritchard. La interpretación etic es la que dio el propio Evans-Pritchard, utilizando las herramientas conceptuales y los procedimientos de que se había pertrechado en sus estudios de historia en el Exeteer College y en la influencia que recibió de R. R. Marett, Bronislaw Malinowski y Charles Gabriel Seligman.